Estudio, selección y notas de Carlos Morales.
(En preparación)
Amir Or
(Israel, 1956)
El crimen Perfecto
El crimen perfecto no conoce razones, dijo.
El crimen perfecto pide un objeto perfecto,
como se dio allá, en Auschwitz.
No me refiero a los crematorios, por supuesto,
El crimen perfecto pide un objeto perfecto,
como se dio allá, en Auschwitz.
No me refiero a los crematorios, por supuesto,
sino a lo que sucedía después del horario laboral.
Luego calló: contemplaba la espuma y bebía unos sorbos.
El crimen perfecto es igual al amor, dijo.
El crimen perfecto no precisa nada perfecto
excepto el dar, tanto como se pueda.
La vida es eterna,
Luego calló: contemplaba la espuma y bebía unos sorbos.
El crimen perfecto es igual al amor, dijo.
El crimen perfecto no precisa nada perfecto
excepto el dar, tanto como se pueda.
La vida es eterna,
incluso en el recuerdo del espasmo,
incluso los alaridos que mecieron mi mano,
la orina que como misericordia cayó sobre la carne congelada,
el golpe de los tacos que despertaron otros infinitos.
la orina que como misericordia cayó sobre la carne congelada,
el golpe de los tacos que despertaron otros infinitos.
Incluso el silencio, dijo
contemplando la espuma.
Es cierto: un trabajo bien hecho es muy liberador,
contemplando la espuma.
Es cierto: un trabajo bien hecho es muy liberador,
y sin embargo
un crimen perfecto no derrama
ni siquiera una gota.
Como los labios de un niño, me explicó.
Como la arena y la espuma de las olas.
Como oye.
Como bebe y oye.
un crimen perfecto no derrama
ni siquiera una gota.
Como los labios de un niño, me explicó.
Como la arena y la espuma de las olas.
Como oye.
Como bebe y oye.
Nuestro agradecimiento a la revista
Grandes Obras de
El Toro de Barro
Amela Einat, "La cicatriz del humo” (Novela)
Col. «Biblioteca Internacional del Holocausto»
Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales Ed.
Tarancón de Cuenca, 2005.
PVP 10 Euros
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