martes, 23 de junio de 2015

«Esther Stein tras un plácido sueño en Auschwitz», de Salvador Negro




Salvador Negro
(España)
Esther Stein tras un plácido sueño en AuschwitZ




L
as uvas frías, el Champán,
a sábana de seda, la amapola
que dibujan los posos de ceniza,
restos de maquillaje en la gramola.

(no quiero despertar...)

Desayuno
la luz caliente de los pájaros
que aún no despertaron
y en sigiloso vuelo
dan color a la aurora

Ahora me arrepiento
de todas las palabras
en que yo misma
creé el infierno,
de todas las palabras
que esperan un milagro,
de todas las memorias abrasadas
que fueron una vez
animales salvajes,
de toda la espesura de mi cuerpo
lentamente molido para que
muera lo justo para conservar
una gota de vida,
de todos los capítulos
en que tuvo el final
la verdad que no tuvo el principio.

Padre, madre, ausentes
dioses del corazón, tan confundido,
germinal llama de niñez,
venid a verme,
posad en mi ataúd las manos blancas.

Ahora puedo decirlo, escribo
alucinada por la soledad;
ya mi palabra
es palabra de madre
que despide a los hijos
que no ha visto nacer,
y crujen
sus dientes en la sombra;
estoy
atravesando el mar,
casi ya llego, casi
ya llego y me lo arranca
de las manos el viento

En esos hijos
que nunca tuve pero siento
la fuerza de mis propias manos
Ahí está mi futuro:
pasos, leche
como la leche agria de los huérfanos,
como la leche
de los campos de esclavos,
todo exprimido,
jugo
del trigo negro de los senos,
jugo de las tenazas y el alambre
listos para abortar.

En este mundo
ahora
1941, marzo, frío
sobre los pies descalzos, sangre
de la placenta sin su flor,
la nieve
cae sobre mi sien de virgen
mientras los cuervos limpian
la ceniza del foso;
traen
las madres cada noche
a sus hijos envueltos
en cortinas que un día
envolvieron cadáveres.
Esto fue orden del fuhrer,
orden suprema, exacta,
nos han dicho los ojos
precisos de las sogas.

Esto que está doliendo
dolerá sin saberse,
dolerá desde donde
nadie sabe que existe,
no dolerá tan solo
como algo en la memoria,
dolerá en cada beso
y en cada pie desnudo
y en la raíz del amor
Dolerá, solo eso.



  
Grandes Obras de
El Toro de Barro
Amela Einat, LA CICATRIZ DEL HUMO, Biblioteca del Holocausto, Ed. El Toro de Barro, Carlos Morales Ed., Tarancón de Cuenca, España, 2004.
PVP: 10 euros Pedidos a:
edicioneseltorodebarro@yahoo.es
En un dramático–y real– camino de retorno, algunos de los 130 niños que sobrevivieron a Auschwitz viajaron de nuevo al escenario de aquel apocalipsis con un grupo de estudiantes israelíes de secundaria, en el que se encontraban sus hijas. El encontronazo de dos generaciones distintas con aquella memoria de dolor provocó una gigantesca catarsis individual y colectiva, cuya historia fue narrada por la psicóloga infantil Amela Einat en La cicatriz del humo, Esta novela coral pone de manifiesto las diversas formas de experimentar la presencia real de aquella tragedia en todas las generaciones del Israel contemporáneo, de cuyas patologías Amela Einat es una reputada e innovadora especialista