domingo, 31 de marzo de 2013

"Cinco años", de Ilse Weber



(En preparación, por Carlos Morales)
Cinco años




A veces, cuando camino por la calle
Intentando escapar del bullicio del cuartel,
me encuentro de pronto con los niños, y recuerdo:
también tú tienes niños, perdidos en la lejanía.
La limpia mirada de una muchacha desconocida
dolorida y dulce reaviva mi memoria.
Cómo se parece al mío aquel niño que juega,
detengo entonces mis pasos y vuelvo la vista atrás.
Hace cinco años que se fueron, para vivir
con gentes extrañas  en un extraño país.
Nosotros seguimos aquí, despojados de nuestra dicha
seguimos aquí, arrojados al dolor, y miserables.
Cinco años ya, me cuesta concebirlo.
Su ausencia me ha rendido y pintado de blanco mis cabellos.
El niño ya será un mozuelo, y la que fue una niña
se habrá abierto como una muchacha en flor.
¿Volveré a verlos algún día?
Mi vida ya no es sino una larga espera
y, mientras tanto, acumulo tristezas y fatigas
¿Quién me compensará los años que perdí?


Grandes Obras de
El Toro de Barro
PVP: 10 euros Pedidos a:
edicioneseltorodebarro@yahoo.es

 
En un dramático–y real– camino de retorno, algunos de los 130 niños que sobrevivieron a Auschwitz vijaron de nuevo al escenario de aquel apocalipsis con un grupo de estudiantes israelíes de secundaria, en el que se encontraban sus hijas. El encontronazo de dos generaciones distintas con aquella memoria de dolor provocó una gigantesca catarsis individual y colectiva, cuya historia fue narrada por la psicóloga infantil Amela Einat en La cicatriz del humo, Esta novela coral pone de manifiesto las diversas formas de experimentar la presencia real de aquella tragedia en todas las generaciones del Israel contemporáneo, de cuyas patologías Amela Einat es una reputada e innovadora especialista




"El Profeta", de Carlos Morales. De su Libro "S". Ilustración Leonardo da Vinci















viernes, 29 de marzo de 2013

"Libertad pequeña", de Ilse Weber




(En preparación)


Libertad pequeña





Allí donde el vigía monta la guardia,
ante el espacio verde de los prados
en los que se dibuja el camino hacia Bauschowitz,
termina el gueto.

Allí se cierra el pétreo cerco de los murallones
y se abre el camino hacia los humanos.
!Uno querría tanto estar con ellos,
y compartir su respiración, y su esperanzas!

Pero el cerco nos rodea, y el vigía
permanece erguido y silencioso sobre el puente.
Nosotros, como mendigos pobres y quebrantados,
sólo suplicamos con los ojos un poco de pan.

No tenemos dudas: de aquel mundo
nada forma parte ya de nuestra vida.
Sólo nos ceden generosamente
un campo lejano cubierto de hierbajos.

Allí estaremos a salvo, libres,
no necesitaremos hogares ni riquezas.
Y no habrá un guarda que nos cierre el paso
cuando en él, sombríos, nos den la sepultura.






"Canción de cuna de Thersienstadt"   *   ”A casa"

"Adios, compañero"   *   "Wiegala, wiegala, weier"





Grandes Obras de
El Toro de Barro
PVP: 10 euros Pedidos a:
edicioneseltorodebarro@yahoo.es

  En un dramático–y real– camino de retorno, algunos de los 130 niños que sobrevivieron a Auschwitz vijaron de nuevo al escenario de aquel apocalipsis con un grupo de estudiantes israelíes de secundaria, en el que se encontraban sus hijas. El encontronazo de dos generaciones distintas con aquella memoria de dolor provocó una gigantesca catarsis individual y colectiva, cuya historia fue narrada por la psicóloga infantil Amela Einat en La cicatriz del humo, Esta novela coral pone de manifiesto las diversas formas de experimentar la presencia real de aquella tragedia en todas las generaciones del Israel contemporáneo, de cuyas patologías Amela Einat es una reputada e innovadora especialista




"El Profeta", de Carlos Morales. De su Libro "S". Ilustración Leonardo da Vinci

















martes, 26 de marzo de 2013

«Majdenek y los sarmientos», de Jacqueline Goldberg


(En preparación)
  
Jacqueline Goldberg
Majdanek y los sarmientoS





María Luisa fotografía mis pies,
más pequeños ya que los de mi hijo.
La imagen nada dice del frío.
Estábamos en uno de los grandes viñedos del Sur,
junto al costillar de un dinosaurio.
No aclara el retrato que me dolían los talones,
que la caminata del día anterior fue innecesaria.
Habría otras pisadas, ilegibles,
en el campo de exterminio cercano a Lublín,
donde persiste una barraca con zapatos:
de hombre, de bebé, de terciopelo,
sucios, muy sucios.
Se sabe que arribaron entre nupcias sangradas,
igualados por la consistencia de los odios.
Se sabe que la muerte recupera una simplicidad,
un tajo de luz.
(La parentela materna fue de Varsovia,
¿topé con la ceguera de un bisabuelo?)
Recorrí Majdanek con nerviada premura.
Me detuve bajo el ducto ensañado,
más dócil al acaso, a la belleza mutilada,
inmune a aquellas suelas aulladoras
que se dislocan, mienten,
rezan en lenguas desahuciadas.
El viaje sucedería apenas quince días
después del otro a los deshielos del Sur.
No presentía entonces que mis zapatos
—vigilados entre sarmientos—
conseguirían regresar
de la imprecante cárcava polaca,
del légamo, el ágrafo rencor.




 
 



Grandes Obras de
El Toro de Barro
PVP: 8 euros Pedidos a: 
edicioneseltorodebarro@yahoo.es